Fútbol

La pelota no se mancha

 

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*Por Guido Francabila

 

Nos cansamos todos. Ya no hay fuerzas para seguir soportando las situaciones que ensucian lo más lindo que tenemos los argentinos y que es el fútbol. Lo que pasó el jueves fue la gota de un vaso que se viene rebalsando hace tiempo y que nadie se encargó de vaciar.

La violencia volvió a ganar una vez más. Lo acontecido en el partido de Segunda división entre Alumni y EFIL, correspondiente a los cuartos de final del Torneo A el jueves, superó todos los límites. 

El golpe de puño que el arquero roqueperense ejerció sobre Jorge Rivas, árbitro del encuentro, marcó a fuego las suspicacias sobre los partidos sin presencia policial. Está de manifiesto que el grado de locura de la sociedad se trasladó hace mucho tiempo a las canchas.

Nobleza obliga como periodista a escribir éstas líneas. El punto principal es preguntarnos por qué los menores tuvieron que quedarse sin fútbol, más en instancias decisivas como a esta altura del torneo. Los partidos programados para hoy, de las finales del torneo A y las semis del campeonato B, se jugarán el jueves y sábado próximo CON PRESENCIA POLICIAL.

He escuchado a algunas personas justificar semejante acto de violencia y cobardía diciendo que “los árbitros se lo merecen por ser tan desastrosos”. ¿Quién se creen algunos jugadores, dirigentes, técnicos e hinchas para aplicar fuerza física sobre otro ser humano? Preguntas sin respuestas habrá siempre.

Es hora de que todos tiremos para el mismo lado. Hay que entender de una vez por todas que los jueces tienen errores, como todos. Se entiende que el fútbol en nuestro país, y sobre todo en esta Liga tan competitiva, está sobrevalorado por encima de lo que en verdad es: un juego.

¿Y ahora quién calma a los chicos que se morían por jugar, quizás, la primera final de su vida hoy? Nadie piensa en ellos, en sus familias, que postergan las vacaciones para que sus hijos puedan pelear por un título. Digamos basta, partamos desde abajo y hagamos las cosas bien, todos. Saquémosle el mejor provecho de todos a una Liga que hoy por hoy está llena de figuras.

También hay que destacar el rol de los padres, en las tantas acciones violentas que hubo en los últimos tiempos. Una de ellas se vivió el pasado jueves en cancha de Provincial, por las semifinales de menores entre la Sexta de EFIN y San Miguel de Las Heras. Una madre, enojada con él arbitraje, ingresó al terreno de juego a increpar al árbitro y tuvo que ser contenida por los monos jueces y chicos que estaban dentro de la cancha. Digamos basta.

El fútbol sigue de luto, pero no es un problema a nivel local: teníamos la final más linda de nuestra historia entre Boca y River, por la Copa Libertadores, y por culpa de los violentos se tuvo que jugar en España. Hace tiempo se está matando al ascenso con lo lindo que es, pero nadie hace nada en un país donde la justicia se nos ríe en la cara.

El balón seguirá rodando, lamentablemente y desde ahora, con presencia policial en todas las categorías. Salvemos al fútbol que es lo más lindo que tenemos, con los violentos afuera de las canchas. Y no olvidemos la gran frase de Diego Maradona: “La pelota no se mancha”.

 

Un comentario en «La pelota no se mancha»

  • Es muy difícil que podamos separar a los violentos de estos deportes, si no nos ponemos todos de acuerdo.
    Vivamos los deportes como tales, no como campos de batalla y dejemos que los niños se diviertan y los grandes disfrutemos.

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