Las dos perspectivas de lo ocurrido en Rivadavia vs Dorrego
El encuentro en el que el celeste le ganó 3-1 al albirrojo el domingo dejó mucha tela para cortar. Analizamos lo sucedido
Por Guido Francabila
Rivadavia recibía a Dorrego por la novena fecha del torneo de mayores. El celeste llegaba como puntero con 16 puntos, mientras que el león era escolta con 10 unidades.
Si bien falta la segunda ronda del torneo, puede decirse que la victoria lo alejaba en lo más alto al conjunto de Navarro, en tanto la derrota le daba esperanzas a sus perseguidores.
El equipo de Martín Varela comenzó ganando el partido con gol de Lautaro López, pero rápidamente el visitante lo empató luego de que el sol conproneta la visión del arquero Alejandro Burgos.
Minutos más tarde llegó el segundo tanto de Dorrego, lo que le daba la victoria parcial al celeste para sacar una diferencia aún mayor con sus escoltas en la cima del torneo.
El reloj marcaba 35 minutos del segundo tiempo y Rivadavia buscaba incansablemente el empate. Llega un desborde por la derecha que termina en el área chica de Darío Navarro, con la pelota y varios jugadores de ambos equipos sobre la línea.
Matías Ojeda, luego de un revoltoso suceso, decidió cobrar gol para el albirrojo y así el partido había quedado 2 a 2. El árbitro salió corriendo hacia la mitad de la cancha, pero ¿que pasó con José Bustos, el juez de línea que marcaba el ataque de Rivadavia?
Bustos se quedó parado sobre la línea lateral, ante la protesta de todos los jugadores de Dorrego porque la pelota no había traspasado la línea de gol. Bustos vio una falta sobre Pablo Alanís en la instancia previa al gol y se lo marcó a Ojeda.
El juez del partido revirtió su decisión (recordemos que había marcado previamente el gol) y cobró penal. Algo insólito porque el reglamento FIFA dice que una jugada en la que se ocasiona foul dentro del área (penal), si continúa y termina en gol debe convalidarse el mismo.
Luego de varios minutos de protesta, alrededor de diez, López pateó el penal y Navarro contuvo el disparo. Corrían 38 minutos (sin contar los que el partido había estado demorado) y Dorrego llegó al tercer tanto con una contra letal.
Posteriormente, varios jugadores de Rivadavia estallaron contra Ojeda, quién decidió dar por finalizado el encuentro ante la gran pregunta de todos en el Estadio Juan José Scasso: ¿por qué se finalizó el partido antes de tiempo. Nuestro medio consultó a Matías Ojeda y su respuesta fue contundente: «El tiempo ya estaba cumplido».
Hay dos puntos principales en esto:
- El primero de ellos es la secuencia de errores de la terna arbitral. Puede entenderse o pensarse que el alboroto en la línea de gol no fue claro para Ojeda, aunque si cobró se supone que es porque el árbitro vio con claridad la jugada. Bustos estaba muy tapado desde su posición para apoyar al árbitro; aunque lo primordial es preguntarse por qué se volvió una decisión atrás, cuando incluso el reglamento dice si hay penal y la jugada termina en gol debe convalidarse
- El segundo punto es el descargo que la gente tiene con los árbitros. No es justificación alguna decir que porque se equivocaron «hay que matarlos, pegarles o hacerles pasar un mal momento». Muchos tienen que entender que ser árbitro es una profesión, como lo es cualquier otra y que los mismos clubes pagan el sueldo, domingo tras domingo, a las ternas. Hay que terminar con la violencia, porque en caso de que no se esté de acuerdo con las decisiones de un árbitro, existe un ente regulador que en este caso es la Liga Lobense de Fútbol, donde los clubes pueden ir a reclamar. Si el penal pateado por López hubiese entrado la historia hubiese otra, por lo que el error dejó aún más expuesto a Ojeda. El fútbol es injusto para todos
Tenemos que bajar un cambio: árbitros, jugadores, dirigentes e hinchas. La violencia no lleva nada a buen puerto y los errores o fallos arbitrales deben ser tratados en la Liga para la mejora de ellos.