Homenajes

Cati Bustos: el jugador del pueblo

 

 

*Por Guido Francabila

 

“Todos los entrenadores hablan sobre movimiento, sobre correr mucho. Yo digo que no es necesario correr tanto. El fútbol es un juego que se juega con el cerebro. Debes estar en el lugar adecuado, en el momento adecuado, ni demasiado pronto ni demasiado tarde”, dijo Johan Cruyff hace muchos años.

Y la verdad es que él juega así, con el cerebro. Y también está siempre en el lugar adecuado, tirando un lujo, un caño, una gambeta. ¿De quién hablo? De Claudio Ismael Bustos, “El cati”. Un jugador de los de antes, ese “10” que todos quieren en el equipo, un maestro capaz de deleitar a todos, incluso a alguien que no le guste el fútbol.

Hijo de Ismael Bustos y Ramona Eloisa Cagnoli, se crió jugando a la pelota. En los potreros, como nos criamos todos en Argentina. Pero desde chico tuvo ese talento con la redonda en los pies, incluso antes de sus comienzos a los cinco años en el Club Madreselva en el galpón “Ruma”.

 

             Actualmente en Club Los Naranjos

 

Todas las infantiles las hizo en su querido club rojinegro, desde Octava incluso hasta Primera. Los domingos jugaba para Cuarta, Reserva y Primera. Si, leyeron bien, jugaba tres partidos seguidos en un mismo día. La pasión por el fútbol no se la quitaba nadie, incluso hasta el día de hoy.

 Junto a Gustavo Harry, Gastón Videla, “Tavi” González y varios más dio sus primeros pasos. Cómo el lo contó, “antes se mamaba eso, uno iba a la cancha a ver a esos grandes jugadores que estaban en el club”. Él siempre iba a la cancha, juegue o no pisaba el estadio todos los domingos para aprender y dar un poco más de fútbol. Con 15 años estaba enamorado de todo lo que era el ambiente de éste deporte: entrenar con los referentes y luego ir a comer un asado con cada uno de ellos.

 Después de Madreselva, “Cati” se fue a Deportivo Coreano. Allí logró cosas muy importantes: jugó el antiguo Torneo Argentino C con el club asiático y logró ascender al Argentino B. Todos tendramos impregnado en nuestras retinas el debut de Coreano a estadio lleno (más de 10 mil personas) en el certamen federal.

 

En Deportivo Coreano (año 2006 – Foto DeporLobos)

 

Deportivo Coreano jugó tres años en el Torneo Argentino B. Todavía recuerdo aquella tarde domingo (olvidé el rival) cuando el equipo fue televisado en uno de los partidos por dicho certamen. La expectativa de ver, en mi caso, por primera vez a una institución en un canal de renombre como es América era enorme. 

Diego Osella (en ese momento DT de La Emilia de San Nicolás) estaba viendo dicho encuentro y le pidió a Leo Verón, compañero de Bustos en el oriental, el número de teléfono de “Cati”. De más está decir que el actual técnico de Newell’s lo convenció y Claudio se fue a jugar al conjunto albinegro. Allí disputaron el ascenso al Torneo Argentino A frente a Douglas Haig de Pergamino y perdieron en el partido decisivo.

 El momento bisagra en la vida de “Cati” se dio después del fallecimiento de su madre, en el año 2009. Nunca hubiese sido capaz de salir del país y dejarla en Lobos. Ahí se fue al Pérez Zeledón de Costa Rica, donde estuvo jugando en la Primera División durante seis meses.

 

 Cati Bustos en Pérez Zeledón

 

Después de ser separado del plantel por decisión de la junta directiva del club (el informe oficial aclaró que no fue por indisciplina) se fue a Libia. Allí jugó un tiempo breve en el club Lit Hat, de la Primera División de dicho país, en el año 2010.

Tras su corto paso en el continente africano volvió a América, donde fue parte del plantel de Defensor Sporting en el 2011. Luego de ello volvió a Argentina, donde perdió el ascenso al Torneo Argentino B con Tres Algorrobos de La Pampa.

   Cati Bustos en su vuelta a Madreselva (Foto DeporLobos)

 

Luego de estar un año en La Pampa decidió retornar a Madreselva, donde ese desarrolló en la Liga Lobense de Fútbol. Cuando terminó su contrato con el club rojinegro retornó a Deportivo Coreano, donde sufrió el descenso del azul al Torneo Argentino C. 

No caben dudas que Claudio Bustos fue un jugador que dedicó toda su vida al deporte él mismo ama: el fútbol. Pero nunca olvidó sus orígenes ni los clubes en los que estuvo, por eso regresó a La Emilia de San Nicolás. El conjunto rayado había descendido nuevamente al Argentino C y, con “Cati” en el plantel, logró el ascenso.

 Provincial también fue una de las tantas camisetas que se calzó. El agradecimiento de Bustos a la institución empalmeña será eterna, ya que él mismo manifestó “que fue el club que me dio la posibilidad de volver cuando no tenía donde jugar”. 

                                                     Cati fue parte del plantel campeón 2016 de Los Naranjos

 

 

 

Luego de la lesión en su rodilla izquierda tuvo que abandonar Provincial ante la falta de un lugar en el equipo. En ese momento pensó que su carrera había llegado a su fin, que ya no habría club en el que podría demostrar toda su magia. Pero … Los Naranjos le abrió las puertas.

En el plantel del naranja tampoco tenía lugar, pero desde abajo y remándola pudo afianzarse en el equipo titular de Primera. Previamente jugó en Reserva y fue varios partidos al banco de la máxima categoría. Verlo jugar con 35 años no tiene precio. El dicho dice que uno da lo que siembra, y él sembró muchas cosas buenas.

Es un apasionado del fútbol. Él mismo reconoce que sin éste deporte su vida no sería lo que es ni lo que fue. Como muchos alivian sus penas hablando con un amigo, con un psicólogo o yéndose de pesca, el lo hace pateando una pelota. Tratándola suavemente.

 

 

 

 

 

La vida le abrió una nueva oportunidad: está a cargo de la Séptima y Octava de Los Naranjos. Padre de Dalma, Catalina, Claudio y Catriel no se achica y siempre va por más. Partidario de la pelota al piso y el buen juego, reconoce que tuvo varios buenos técnicos durante toda su carrera, pero destaca el planteo de Martín Varela, su actual entrenador. “Intenta jugar siempre al piso, aunque vaya perdiendo”.

Las piernas y el cerebro de “Cati” entienden el fútbol. Tienen la habilidad de salir de un apriete con tan sólo una gambeta, un caño o un pase mágico. El homenaje de hoy es para ese jugador que todos quisieran tener en su equipo, uno de los últimos 10 que le quedan a éste fútbol actual que se basa en lo físico. Nuestro recuerdo de hoy es para el gran Claudio “Cati” Bustos. Agradezco a la vida haberlo visto jugar.

 

 

 

 

 

 

 

 

2 comentarios en «Cati Bustos: el jugador del pueblo»

  • Sin dudas comparto y agrego,un excelente ser humano.Que celebro haber sido su promotor en su viaje por el africa por que gane un amigo.

  • tuve la oportunidad de dirigirlo es social tres algarrobo solamente lo defino con una palabra crack.

Los comentarios están cerrados.