El cuidado de la espalda
Les acercamos una nueva edición de La columna de los viernes, para el cuidado de la espalda.
La musculatura de la espalda trabaja continuamente y se fatiga fácilmente por tener que sostener el peso del tronco, la cabeza y las extremidades superiores, causando generalmente un tono y una fuerza predominante.
La columna vertebral protege la médula espinal y contribuye a mantener estable el centro de gravedad del cuerpo, tanto en la posición de reposo como en movimiento. Además, posibilita el movimiento del tronco, gracias a sus cualidades, flexibilidad y fuerza, y a sostener el peso del tronco, la cabeza, y las extremidades superiores.
Para poder sostener dicho peso, la espalda está compuesta por huesos resistentes y músculos muy potentes. Además de la fuerza de éstos músculos también deben ser flexibles, lo cual le permite realizar los movimientos, gracias a la movilidad articular de la columna.
Los músculos paravertebrales se extienden por la parte posterior del tronco (espalda) desde la nuca hasta la pelvis. Por lo tanto, la columna se encuentra sostenida por un sistema de músculos que actúan y se coordinan con los músculos abdominales y el músculo psoas, para mantener la columna recta, o la espalda derecha, lo cual compensa el resto de los movimientos del cuerpo. Los músculos del glúteo fijan la columna a la pelvis y dan estabilidad al sistema.
Los músculos lumbares, ya sea durante la marcha o en cualquier movimiento que el cuerpo realice, tienden a acortarse. En éstos casos es conveniente relajar y estirar dicha musculatura. En casos de debilidad de la musculatura extensora del tronco y, como consecuencia de adoptar frecuentemente posturas inadecuadas, es necesario fortalecer dicha musculatura y mejorar la postura para aumentar su resistencia a la fuerza y evitar tensiones en las estructuras ligamentosas.